lunes, 16 de noviembre de 2009

Su Muerte


Hoy presencié la muerte de alguien.

Era alto y fuerte, aunque viejo pero único a su estilo. Le gustaba tomar sol, y estirarse en todo su largo para recibirlo. También era muy amistoso. En su hogar, acogía a todos aquellos que buscaban refugio y comida. Nunca le negó la entrada a nadie, por más travieso o ruidoso que fuera. Algunos inquilinos, tenían extraños hábitos, como despertarse en la madrugada y ponerse a tararear canciones.

En verano, era una delicia contar con su compañía y la de todos sus invitados.

Algunos de ellos murieron con él, sin contar con alguna oportunidad de escapar cuando atacaron su casa.

Lo oí llorar, pero no quejarse. Llorar del dolor mientras lo despedazaban. ¿Alguien más lo escuchó? Sus amigos, los que pudieron, huyeron por el lamento prolongado.

Presencié el final, con el sonido de su llanto retumbando en mi cabeza. Alguien se me acercó y me mostró un huevo roto que no había sobrevivido. Le saqué una foto.

Otra persona se me aproximó con un pedazo de él entre los brazos: era pesado. Lo acunó como si fuera un bebé. Qué locura, ¡si lo acababan de matar! Pude ver claramente cómo su sangre aún permanecía en el centro de su ser.

El asesino posó para otra foto con un ayudante. Yo realicé la instantánea. Me pidieron que enfocara los restos, las ramas de aquel pobre pino que había perecido en manos de humanos.

Su llanto con la motosierra en acción, retumbó en mi cabeza.



1 comentarios:

Emili dijo...

es un pajaro no?
si estoy equivocada merezco que me hagan lo mismo que a tu pobre personaje